El «arrevistamiento» de los diarios es volver a sus orígenes.
Los diarios-sábana nacieron como una estrategia defensiva ante los impuestos que se pagaban en función del número de páginas.
Eso es todo.
Y nada tienen que ver con el falso binomio sábana=calidad.
De hecho, el diario más escandaloso y popular de Europa es un sábana: el Bild alemán.
La cuestión de los formatos es clave para lectores de transportes públicos.
La facilidad y comodidad de lectura son fiundamentales en una sociedad de gente sin o con poco tiempo para leer.
Se acabaron ya las vacas gordas de una publicidad ilimitada que generó los diarios multi-sección.
Hoy necesitamos diarios compactos o, como dicen los franceses, «de una mano».
Y todo esto no son más que mínimos.
En 30 años en este negocio no he visto todavía una encuesta donde los lectores «pidieran» diarios sábana, y si diarios mejor impresos, más manejables, menos intimidatorios, más selectivos y, atención, menos caros de producir.
Menos es más.
Diarios formato-caviar.

