Gleb Garanich, un fotoperiodista de Reuters cubriendo las protestas de Ucrania.
Una imagen vale mas que mil palabras.
Y luego dicen que el pescado es caro…
Cómo matar los diarios impresos… 29
Vamos a ver, no seré yo quien diga que los fotógrafos tienen que quitarles el pan a los videocámaras del mundo.
Y lo digo porque conocida es mi debilidad y respeto por los fotoperiodistas.
(Y, dicho sea de paso, mi inquina por los «fotógrafos de bodas y bautizos» que también pululan por algunas redacciones)
Pero aqui no estamos ante lo que un maestro célebre del Arte de Cúchares sentenció con el inefable «lo que no puede ser, no puede ser y, además, es imposible».
Todo lo contrario.
Me explico.
Hace unos meses en un seminario de diseño tuve la suerte de conocer a un periodista méxicano, antiguo director de fotografía de Reuters, que me salvó de la siguiente «cornada».
Yo acababa de decir lo que digo en el titular de este post, se levantó una mano y un caballero me preguntó con sorna si lo que estaba prooniendo era «perder a un buen fotógrafo para ganar un mal videocámara».
Debí yo titubear porque el mexicano se adelantó y me dijo: si me lo permites le contesto yo.
Y lo hizo con más o menos estas palabras:
Mire usted, mi estimado amigo: nosotros los fotoperiodistas hemos sido entrenados para saber captar imágenes que cuentan historias y, por tanto, le puedo asegurar que en general los fotógrafos de prensa tienen una sensibilidad informativa mucho mayor que el típico videocámara cuyo acceso a la profesión no se hace en redacciones sino en la calle, manejando tecnología, y grabando todo lo que se le pone por delante. Esa diferencia hace que cuando los actuales fotoperiodistas empuñamos videocámaas o con nuestras mismas cámaras de foto grabamos video, lo que consiguemos es de mucho más valor. Por tanto, cuantos más fotoperiodistas hagamos también videoperiodismo, mejor que mejor. Y no me venga usted con lo de que no saben o es muy complicado porque eso que ahora nos piden es lo que llevamos haciendo hace ya muchos años en nuestra vida privada.
El aplauso de la audiencia fue rotundo.
Y yo dije para mis adentros lo que ahora pongo aquí por escrito.
Amén, Amén, Amén.
La Foto del Día

Frente al retratismo amanerado de la mayoría de diarios del mundo, el fotoperiodismo está en vivo en The New York Times que hoy abre su edición con esta tremenda foto de Alessandro Bianchi (Reuters).
Un Papa que se inclina ante sus fieles.
Y lo hace dejando en evidencia a sus cortesanos que, ante la sorpresa, no aciertan a inclinarse.
¡Vaya, vaya foto!
Frente a fotos de bodas y bautizos, fotoperiodismo.
Frente a la rutina y la falta de imaginación, fotoperiodismo.
Frente a la vagancia, fotoperiodismo.
Frente a la mangancia, fotoperiodismo.
Fotoperiodsismo que inquieta, emociona y hace pensar.
Una foto que lo dice todo

Aquí tienen al todopoderoso y bravucón de Hugo Chávez.
Luchando con un cancer que se lo come vivo.
Empapado e impotente ante la lluvia que durante 40 minutos tuvo que aguantar durante su cierre de campaña este jueves en Caracas.
Una fantástica foto de Jorge Silva (REUTERS) que lo dice todo.
Aunque mañana domingo el pueblo venezolano será quien hable.
Fotoperiodismo Caviar.
Cómo matar los diarios impresos…3
Viví hace años la larga e incabable agonía de Juan Pablo II en un diario norteamericano.
Una noche, como todas las noches, su director me decía fustrado y abatido:
«Pido a Dios que se lo lleve porque su agonía nos pone en evidencia»
Razón tenía porque, se quejaba, «¿qué demonios vamos a publicar mañana que ya no hayan visto, oído o leído nuestros lectores el día anterior y durante la madrugada cuando nuestras rotativas imprimen un diario ya superado por los acontecimientos?»
Buena pregunta.
Todo eso, sin embargo, no es nuevo.
Primero creyeron los diarios que las webs no eran competencia porque sólo colgaban las versiones online de las ediciones impresas.
Pero llegó Google News y todo cambió: nuestros lectores podían seguir las «últimas noticias» en tiempo real, las propias y las ajenas, las locales y las internacionales.
Todas.
Todo el tiempo.
En cualquier parte.
Luego vinieron otros «agregadores», piratas o no, pero que nos «robaron» las últimas noticias.
Y ahora somos nosotros mismos los que vamos camino de «canabalizarlas» con versiones en tabletas que se actualizan a lo largo del día.
No en una sucesión deslabazada y a veces contradictoria de «flashes» noticiosos.
No.
En versiones que consolidan las noticias y las convierten en historias y análisis.
Periodismo que compagina lo instantáneo con el porqué y el más allá de las noticias.
Algo que tampoco es nuevo porque siempre las buenas agencias de noticias lo hicieron, lo hacen y lo seguirán haciendo.
Y ahí están Associated Press, Reuters o Bloomberg para demostrarlo.
Así que ya me dirán ustedes si no es urgente, vital, estratégico y decisivo el «repensar» el contenido y la estructura de los diarios impresos.
Los diarios del «día después» y no el «diario de ayer»
Ese es el reto.


