La frase les gustaba mucho a Alejandro Junco de la Vega y a Ramón Alberto Garza, años antes que fundaran el Grupo REFORMA.
Yo insistía hace ya muchos años que los diarios debían ser «refinerias periodísticas».
Y que de ello dependía la calidad del Periodismo.
Hoy sigo creyendo lo mismo.
No hay Periodismo Caviar cuando se destila poco, tarde y mal.
Cuando se despacha mercancía averiada.
Y cuando el Periodismo se pone en manos de aficionados.
