
Harrods es hoy un dinosaurio comercial propiedad de los nuevos ricos de Catar que se lo compraron al hortera de Mohamed Fayed.
Lo que pocos saben es que Harrod’s Stores, Limited nació como un emporio para las nueva clases medias británica que empezaban a descubrir el placer de comprar y por eso uno de sus slogans iniciales era «the cheapest stores in London for everything» y se anunciaba como «Open Free to All».

Esa vocación de ofrecer «everything to everybody» quedaba muy clara en un anuncio de 1897 donde se listaban hasta 80 departamentos diferentes.

Los diarios del pasado fueron también tiendas de departamentos informativos infinitos hasta que se dieron cuenta, como los grandes almacenes, que «los diarios para todos son los diarios para nadie».
Hoy muchos editores siguen creyendo en esa fórmula de dar «todo para todos’.
No se dan cuenta que el mundo de la prensa erga onmes ha muerto.
Los diarios de hoy y del futuro son y deben ser, cada vez mas, sofisticasas «boutiques informativas».
Boutiqes de Periodismo a la medida.
Periodismo de Alta Costura.
Y no Periodismo Pret-a-Porter.
Periodismo Caviar.
No Periodismo Fast Food.
O Periodismo Low Cost.
Sino lujoso Periodismo fruto de un concienzudo Slow Cooking.
Lapham's Quarterly y The Atlantic Weekly, dos fórmulas para re-inventar revistas: una con un MagBook y la otra con una versión digital para móviles y tabletas
Los que me conocen saben que desde 1978 he sido lector asiduo y entusiasta de dos revistas mensuales norteamericanas: Harper’s y The Atlantic.

Harper’s fue fundada en 1850 y es la segunda revista más antigua que se sigue publicando en Estados Unidos: la otra es Scientific American.
En la primera y de la mano de un director mítico, Lewis Lapham, revolucionó el género de las revistas culturales no elitistas.

(Foto tomada de Work in Progress, la deliciosa newsletter de Farrar, Straus & Giroux)
En esa revista tan tradicional inrodujo nuevas e innovadoras narrativas: desde su Harper’s Index a su mix de pocas y relevantes cover stories con muchas historias encapsuladas en formatos de lectura rápida.

Lapham abandonó Harper’s, después de ser su director por 28 años y ahora publica un trimestral igualmente fascinante que de nuevo encapsula piezas de valor permanente sobre temas monográficos.
En su Laphan’s Quarterly («a magazine of history and ideas») produce verdaderas mini-enciclopedias que son Periodismo Caviar en formato de lo que ahora se llaman MagBooks.
Se publica con el apoyo de la American Agora Foundation, sus oficinas están en Nueva York, son una docena de personas, la suscripción anual cuesta $49 y venden unos 25.000 ejemplares.
Estoy suscrito a sus Quarterly desde 2007 y la llegada de cada ejemplar es siempre una fiesta de buen periodismo.
En el caso de The Atlantic, sus nuevos propietarios la re-invención de la revista ha sido y es un ejemplo de cómo migrar al mundo digital, «desde el papel pero más allá del papel».
The Atlantic Weekly es una app, de momento sólo para dispositivos iOS, que permite leer cada semana en iPhone o iPad una selección semanal de «the best of the best» publicado por el conjunto de redacciones del grupo que incluye ahora varias e innovadoras webs y blogs de gran audiencia.
El toque de distinción del grupo es que, como ya hicieron con el blog de Andrew Sullivan, en The Atlantic creen que son los lectores (y no necesariamente los anunciantes) quienes deben pagar por el trabajo de periodistas de calidad que hacen Periodismo Caviar.
En el caso de Andrew Sullivan, con más de 90.000 seguidores en Twitter, The Dish cuenta en pocas semanas con más de 27.000 suscriptores de pago, miembros de un club exclusivo, a los que llama «nuestro mejor departamento de marketing»
Tan pronto como se independizó de The Atlantic consiguió $333.000 de 12.000 suscriptores en las primeras 24 horas.
Y su objetivo es alcanzar un mínimo anual de $900.000.
Sus lectores pagan $1.99 al mes o $19,99 al año.

Lo mismo hacen ahora con The Atlantic Weekly que se publica los viernes en una versión minimalista de diseño y tipografía exquisitos, con textos largos, atrayentes, bien seleccionados, escritos y editados con primor, y, sobre todo, que se dejan devorar por un lector cansado de «fast food y low cost journalism»
Sin publicidad, la suscripción es: $1,99 por ejemplar, $2,99 al mes o $19,99 al año.

¿Lecciones de todo esto?
El Periodismo Caviar se re-inventa pero no cambia lo esencial.
Nuevos envoltorios para periodismo relevante escrito y diseñado por periodistas de calidad porque, como suelo repetir, «lo que importa no es la botella sino el vino».
Por eso las «cosechas periodísticas» de Lewis Lapham, Andrew Sullivan o The Atlantic siguen siendo marcas que venden y se dejan comprar.
Como debe ser: en versiones impresas y/o digitales.
Como matar los diarios impresos…20

En las redacciones seguimos viviendo al minuto.
Para las breaking-news online no hay otro modo.
Pero para hacer el «diario del día después» necesitamoa trabajar con horas de antelación.
Para pensar.
Idear.
Discutir.
Planear.
Y así producir historias únicas y exclusivas.
No «re-cortajes»
No materias pre-cocinadas.
No materias intemporales.
El Periodismo Caviar no se improvisa.
Se mima.
Se cuece a fuego lento.
No con micro-ondas informativos.
No recalentando noticias congeladas.
Sino respetando los tiempos de cada historia.
Sin tiempo por delante el periodismo del «día después» no es posible.
Estrategias periodísticas
Jeff Bezos, fundador de Amazon tiene razón cuando dice que las estrategias de las empresas deben definirse alrededor de lo que nunca va a cambiar.
En las empresar periodísticas eso tiene un nombre: Periodismo.
Así como suena, viste y calza.

Por eso frente a los fantasmas que quieren «hacer periodismo sin periodistas» (que es como querer hacer chocolate sin cacao), yo sólo conozco una estrategia periodística con éxito asegurado.
Se llama hacer «Periodismo Puro y Duro», «Periodismo Caviar».
El resto es magia negra.
Aquí lo único que funciona y nunca cambiará es el «contar historias que inquieten, emocionen y hagan pensar»
Y ganar dinero por contarlas antes y mejor que nadie.
Eso es todo.
Bienvenidos al Periodismo Caviar

Frente al periodismo con minúscula, «low cost», «fast food», «free», «low calories» o «diet», este Blog afirma que el Periodismo con mayúscula no necesita de adjetivos y, de necesitarlos, bastaría con hablar de «Periodismo Puro y Duro» o «Periodismo Caviar», términos que llevo más de 30 años pregonando en redacciones de todo el mundo.
Como creo en el «Show don’t Tell!» este blog será escueto y sintético, y ojalá que sea tan intenso, sabroso y apetitoso como el Caviar.
El Periodismo de verdad siempre fue, es y será punzante, bravo, directo y gustoso.
¡Que ustedes y yo lo disfrutemos y muchas gracias por compartir este vicio!
Y recuerden: la vida es demasiado corta para consumir periodismo de mala calidad.

