
Yo sólo creo en las «matemáticas» de mi bisabuela valenciana que decía:
«Compre a dos, venc a quatre i amb eixe dos per cent m’apaño».
(Compro a dos, vendo a cuatro y en ese dos por ciento me apaño)
Así que no creo en los milagros de los nuevos alquimistas periodísticos.
Se llamen Ariana Huffington o Juan Luis Cebrián,
Al pan, pan, y al vino, vino.
Lo que algo vale, algo cuesta.
La esclavitud hace ya años fue abolida.
Aunque algunos hayan descubierto, y quieran forrarse por cuenta ajena, con el viejo negocio de ser negreros.
Y es que, como decía el torero, «lo que no puede ser, no puede ser, y además es imposible»
